Y estoy solo en mi habitación, viendo como se consume un cigarrillo en el cenicero de los recuerdos. Viendo como la lluvia golpea, primero lentamente, y luego con furia, el cristal que dejaste empañado la última vez que estuviste conmigo… en mis pensamientos. En ese oculto lugar de mi corazón, donde se funden el amor y el odio, la verdad y la mentira, la luz y la oscuridad… donde un día conseguiste entrar, y del que dudo que algún día logres salir.
Y mi cama se hace grande, y las paredes aplastan todos aquellos momentos que viví junto a ti, aquellos momentos en que, aunque fuera por un pequeño instante, fui feliz.
Y quiero escapar, huir, pero mis piernas se resisten a salir de este río en el que me estoy ahogando, sintiendo como me arrastra la corriente hacia un destino sin sentido. Hacia ese destino que es la soledad, mi fiel compañera y amiga durante tanto tiempo.
Y siento que aquella puerta que un día te prometí abierta, poco a poco se irá cerrando. Pero siempre queda una ventana abierta. Entra por ella, y róbame lo que un día te quise dar y rechazaste. Saca del cajón del olvido los viejos recuerdos y las fotografías rotas, y pégalo todo con amor y cariño. Abre la puerta, y espérame con los brazos abiertos. No tardaré en llegar.
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"...y buscar más allá del horizonte una sonrisa que me ayude a despertar..."
Salamanca, 5 de Octubre de 2007
Ohhhhhh!!! qué bonito!! ya me gustaría a mí que algún día alguien me escribiera algo así...
ResponderEliminarlo añadiré a mi lista de cualidades... quiero un novio poeta, jajaja.
♥ un bexito ♥